El corazón
del Sol pulsa radiaciones espirituales que llegan a los planetas de su Sistema.
Esas pulsaciones son permanentes y periódicas. Cada día de vida en cada planeta
representa una “pulsación” del Sol. Las rotaciones y traslaciones de los astros
alrededor del Sol representan movimientos de “sístole y diástole”, como también
el fluir de vitalidad arterial en todo el Sistema.
Las
entidades de vida inteligente en cada planeta, físicas y suprafísicas,
representan las células y tejidos vivos de los “órganos” de Monmatia (el
Sistema Solar).
El corazón
del Sol late, sí…, y esto no es solo una metáfora, es un hecho real que vuestra
ciencia no tardará en comprobar. Ese latido no es físico, sino
energético-espiritual, y al pulsar emite radiaciones pránicas de alta vibración
a todo el sistema.
Ninguna
criatura, ni elemental, ni mineral, ni vegetal, ni animal, ni Deva o humano, en
ninguno de los planetas del Sistema podría existir si no fuese por las
pulsaciones de energía luminosa y radiante del “Astro Rey”, el SOL. Este gran
astro es una Vida en evolución, a la cual los estudiantes de esoterismo han
llamado LOGOS SOLAR.
Habitualmente
el ser humano ve al Sol solo como un astro que ilumina; la ciencia lo estudia
como una fuente y expresión de gases de hidrógeno y helio, como una estrella
más de las tantas de la Vía Láctea, pero solo los sabios lo ven como a un SER,
con palpitante vida, en cuyo Cuerpo de Luz viven y conviven numerosas entidades
sintientes de luz. Sí…, el Sol es morada
de una gran civilización del Amor. No son solo metales y gases químicos, como
lo entiende vuestra ciencia…
Esta señal
de contacto, pone de relieve un conocimiento perdido entre leyendas antiguas,
que muchos han cualificado de ridículas o fantasiosas. Nosotros afirmamos que
en tales mitos, la esencia de una gran verdad ha permanecido viva.
Nosotros lo
confirmamos, por que del Sol venimos.
SOLARIS PACEM IN CORDIUM
(PAZ SOLAR EN LOS
CORAZONES)
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